Decálogo del Coaching de Superación Personal
Si llegaste a esta página es porque estás en la búsqueda de algo grande y trascendental en tu vida.
Pero «no» te puedo dar unos mandamientos.
• No pretendo establecer una nueva religión, aunque «sí» pretendo elevar tu nivel de consciencia y tu espíritu.
Darte unos mandamientos sería un insulto.
• Te estaría humillando, estaría arrebatándote tu integridad, libertad y responsabilidad.
Unos mandamientos no te ofrecen la oportunidad de detenerte a pensar; reducen tu existencia y tu propio ser a un mero objeto; no respetan tu identidad.
Lo único que puedes hacer con unos mandamientos es obedecerlos, y al hacerlo te conviertes en un esclavo psicológico.
• Esta esclavitud es mas peligrosa que ninguna otra.
Todos aquellos quienes han promulgado mandamientos y disciplinas, mostrándote cómo hay que vivir, qué debes comer, qué ropa has de llevar, qué debes y no debes hacer, todas esas personas están tratando de convertirte en un esclavo psicológico, y no se puede decir que sean personas religiosas porque la religión empieza por la libertad psicológica, la libertad de elegir tu propio destino, el que tú quieres alcanzar.
Yo no puedo darte unos mandamientos, lo dije para llamar tu atención, pero si puedo darte unas pautas para decidir.
• Puedo darte un decálogo consistente en responsabilidades, para que establezcamos una alianza armoniosa entre tú, el coacheado y yo, el coach.
Decálogo del Coaching de Superación Personal
1. El cliente acude al coaching por un cambio
Todo sistema —humano o natural— se resiste al cambio.
Los clientes acuden al coaching por una razón determinada de apoyo o necesidad de cambiar en algún área importante de sus vidas.
• El coach aporta su pericia en materia de coaching como manera de ayudar a sus clientes a mantenerse en movimiento, avanzando por el camino de superación que hayan elegido.
• El coaching promueve la escucha abierta, el respeto mutuo, la claridad y la voluntad de abordar incluso las conversaciones difíciles en las que intervienen las emociones.
Como coach, siempre estoy empoderando a mis clientes.
• Los clientes son los expertos en sus propias vidas y situaciones laborales; el coach es experto en ayudarles a encontrar el modo efectivo de actuar y relacionarse, y de capturar el aprendizaje de la acción que lleven a cabo para alcanzar el cambio que desean.
Siempre hay algo importante por debajo de la situación que el cliente comenta: es algo que tiene que ver con el impacto que esa experiencia de vida que está teniendo en el cliente.
Invito a mis clientes a que exploren la energía o la emoción que expresan en relación con un determinado tema; así les doy la oportunidad de adquirir consciencia del impacto que ese tema tiene realmente en su vida y a encontrar maneras de abordarlo para alcanzar una vida plena que es una vida llena de significado, propósito y satisfacción.
• La plenitud no es algo que les llegue a las personas algún día cuando se hagan ricas o famosas, sino algo que está al alcance de la mano en el momento presente, y en todos los momentos que siguen, para quienes eligen la vía hacia la plenitud.
2. Los clientes son personas
Los clientes son personas que por naturaleza, son completas y creativas, están llenas de recursos, y además tienen las respuestas a sus aspiraciones o saben cómo encontrarlas.
• Cuando estoy sentado frente a un coacheado, como coach no estoy sentado frente a un problema que hay que resolver; estoy sentado frente a una persona.
Las personas son capaces:
• Capaces de encontrar respuestas; capaces de elegir; capaces de actuar; capaces de recuperarse cuando las cosas no salen según lo previsto; y, sobre todo, capaces de aprender.
Esa persona que tiene un problema que resolver, en realidad tiene:
• Un cambio que hacer, un sueño que cumplir, una tarea que realizar, un objetivo que alcanzar.
Es una persona plena de corazón, mente, cuerpo y espíritu.
Como coach mantengo una conversación para sintonizar con cada una de estas diferentes dimensiones.
3. El cliente elige la agenda
El cliente elige la agenda y aquello en qué centrarse, pero el coach escoge las herramientas y gestiona el tiempo y la estructura de la sesión de coaching.
• El coach elige utilizar una habilidad u otra y la dirección a seguir, en el sentido de guiar el coaching hacia la plenitud, el equilibrio y el proceso de vida del cliente.
El tema que un cliente trae a la sesión es una pieza de un rompecabezas mucho más grande.
• Por ello, debe tratarse con todo cuidado y respeto, y no como un problema que hay que resolver para que desaparezca, sino más bien como una oportunidad de avanzar hacia un objetivo más amplio.
Al final, ésa es la verdadera aportación del coaching:
• No una respuesta a un tema específico, sino un cliente más empoderado y con más recursos que viva una vida más llena de vivacidad y de recompensas.
4. El cliente tiene las respuestas
Los clientes tienen las respuestas.
• Pero el coach está dispuesto a llevar el coaching hacia nuevos rumbos que harán al coacheado actuar y profundizar en su aprendizaje para ir por más.
No es casualidad que el coach aproveche cualquier ocasión para ayudar a sus clientes a resolver problemas y superarlos.
• Ésa es la manera obvia de ser útil: encontrar el problema y resolverlo, hacer que desaparezca, aprender la lección y que no deje secuelas.
Pero el coach contempla también las debilidades y fortalezas del cliente como oportunidades para ayudarlo a vivir con plenitud, amar y aprender, para producir cambios relevantes en su vida, y dejar un legado.
El hecho importante es que para superarnos, somos mejores estando juntos que solos.
5. El cliente elige sus propias opciones
El cliente elige sus propias opciones.
• La tarea del coach consiste en buscar e invocar su fuerza interior y capacidades.
Como coach, no sólo estoy ayudando a resolver problemas; estoy ayudando a los clientes a que tengan mayores recursos y a que sean más capaces en su trabajo y en su vida.
• Los ayudo a descubrir su versión de plenitud, de equilibrio y de un mejor proceso de estar presentes en la vida.
Estar presente en la vida desarrolla la consciencia, permite unas ascensiones más ricas y unas bajadas más radicales, que son la medida de una vida verdadera y plenamente experimentada.
6. El cliente confía en que el coach lo guíe
Los clientes confían en que el coach los guíe en su proceso de cambio y dependen de este para ello.
El coaching es una conversación que funciona porque conecta con la necesidad humana de establecer una comunicación colaborativa que es radicalmente distinta de la experiencia habitual, autoritaria, de superior a inferior.
• Así, el diálogo surge de manera natural, de una comunicación entre pares.
Pero el coach es el agente del cambio y debe encontrar el coraje para hablar en voz alta, insistir, plantear retos o incluso exigir, con respeto, sosteniendo la agenda del cliente, para que esté a la altura de las capacidades que tiene y que el coach le ve.
Como coach, es preciso sostener constantemente la visión y el norte de los clientes que algunos días no son capaces de sostenerla por sí mismos.
• Los clientes cuentan con el coach para que les dé el cien por ciento de su compromiso.
7. El cliente es responsable de su aprendizaje
El cliente es responsable de su aprendizaje.
• El trabajo del coach consiste en guiar, impulsar y profundizar el cambio, y tomar la iniciativa a la hora de elegir la dirección de la sesión, lo que implica tomar el mando y hacerse cargo del coaching y del seguimiento de los resultados.
• Ayudo a los clientes a que vean los temas que traen al coaching dentro de un contexto más amplio.
El cliente debe asumir riesgos que le permitirán caminar y correr en su vida; tiene que estar dispuesto a desequilibrarse, a caer, a volver a levantarse y a aprender de la experiencia.
• Aprender es la clave: fallar en cualquier acción, incluso a la hora de ejecutar la acción, es una rica oportunidad de aprendizaje.
Y esa oportunidad de aprendizaje es la que el coach explora y celebra con los clientes.
• Las personas, por naturaleza, son completas, creativas y están llenas de recursos, por lo que no son ningún fracaso, aun cuando a veces fallen.
8. El cliente es responsable de sus acciones
La responsabilidad consiste en hacer que el cliente responda de lo que dice que va a hacer y se establece mediante tres preguntas:
1) ¿Qué vas a hacer?
2) ¿Cuándo lo vas a hacer?
3) ¿Cómo sabré yo que lo has hecho?
El cliente es responsable de sus acciones, las cuales tienen lugar entre una sesión de coaching y otra, y no durante las sesiones.
Cuando los clientes se comprometen a actuar, deben elegir entre decir «sí» a sus planes y a decir «no» a otras cosas.
• El «sí» a una simple acción es un sí a un «compromiso» profundo, a cumplir una promesa, incluso a una forma nueva o más profunda de ser y de estar en la vida.
• Decir «no» a una sencilla acción a menudo significa decir «no» a viejas creencias y valores limitantes, o a viejas expectativas; decir «no» a traicionarse a sí mismo, y decir «no» a las formas habituales de reaccionar ante las exigencias de la vida y de los demás.
La responsabilidad ayuda a hacer que los clientes progresen de acuerdo con lo previsto cuando planifican una acción, se comprometan a llevarla a cabo y de lo que aprendan de la acción que realicen, o no realicen, según el caso.
9. El cliente rinde cuenta de lo que se comprometió
La inercia es una fuerza imperiosa que tiende a mantener las cosas tal como están y que ejerce una presión para que vuelvan a ser como habían sido siempre.
Por eso el cliente rinde cuenta de aquello a lo que se comprometió:
• ¿Cuáles han sido los resultados?
• ¿Qué ha funcionado y qué no?
•¿Qué harías de otra manera en la próxima ocasión?
No hay ni juicio ni condena ni reprimenda, sino impulso.
Para que los cambios se arraiguen requieren tiempo y la mejor forma de consolidarlos es prestándoles atención y apoyo continuos.
• Como coach, le pido a los clientes que respondan por sus acciones, no para verles actuar ni para medir lo bien o mal que actúan, sino para fortalecerlos, de modo que acometan con efectividad los cambios que quieran llevar a cabo.
La responsabilidad es la estructura fundamental que mantiene viva la conversación.
• Como coach convierto los fracasos en oportunidades de aprendizaje, acción y superación.
• Celebro los logros del cliente y profundizo en ayudarle a superar los obstáculos que se encuentre.
10. El coach comparte sus conocimientos y experiencia
El coach provee mentoría cuando tiene las competencias, pero evita imponer su propia agenda:
• El tener la respuesta correcta o que sepa cómo hay que hacer las cosas.
Pero el coach comparte sus conocimientos y experiencia cuando es claramente relevante y les podría ahorrar a sus clientes tiempo, dinero y esfuerzo.
• Queda claro consigo mismo y con el cliente que en ese momento ya no está llevando el sombrero de coach, sino el de alguien que tiene algún conocimiento experto concreto o una experiencia específica en el área en cuestión.
• El cliente elige aceptar o no la mentoría y asume la responsabilidad que conlleve.
A menudo las razones por las que los clientes acuden al coaching son precisamente las que les impiden que alcancen objetivos importantes y vivan una vida plena.
• En ese sentido, los riesgos que a veces el coach debe correr aunque no quiera intranquilizar o enfadar a su cliente, son los mismos riesgos que los clientes no quieren asumir.
Entonces, ¿puede darse el caso de que un cliente se levante y se marche?
—Sí, es posible—.
• Ése es un precio que el coach debe estar dispuesto a pagar en todas las sesiones.
• Debe estar dispuesto a hacer coaching fuera de la zona de confort.
Por último, el coach no es psicoterapeuta ni consultor.
El coach es un agente del cambio, un colaborador que tiene experiencia y pericias en manejo del cambio, lo que le permite junto al cliente explorar y descubrir un abanico más amplio de posibilidades de superación personal para que este descubra sus propias opciones y encuentre las soluciones más adecuadas.
• El coach no diagnostica, ni medica, ni resuelve problemas, ni presenta soluciones viables.
• Independientemente de esta distinción, también es cierto que cuando los clientes eligen opciones valientes en sus vidas, a menudo experimentan una sensación de cura, de ruptura con viejos patrones de conducta, malos hábitos y vínculos; de haber salido de una caja en la que estaban encerrados (Coraje) y de sentirse llenos de una fuerza nueva y vigorosa (Metas y Motivación).
"Regala a alguien un pescado y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida".
— Proverbio Chino.
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